martes, 6 de agosto de 2019

El ministro

Si has intentado quedar alguna vez conmigo me habrás escuchado decir eso de "creo que puedo", "voy a ver si tengo hueco", "nada, imposible hasta dentro de dos findes", y seguro que es vuestra cabeza se ha dibujado eso de "ya está el puto ministro, es imposible quedar con él". Y lo peor es que tenéis razón, no puedo decir nada al respecto.

Siempre he sido alguien muy social, demasiado diría yo. A mi padre siempre le ha fascinado la capacidad que tengo de mantener las amistades incluso las más antiguas de la época del colegio. A raíz de, bueno ya sabéis, tomé la decisión de entregarme en cuerpo y alma a mis amistades porque con ellos conseguía tener la cabeza ocupada, casi literalmente me salvaron la vida con su compañía y he estado ya dos años y medio tan ocupado que ahora que necesito bajar las revoluciones y tener algo de tiempo para mi, no puedo hacerlo. ¿Tengo demasiados amigos?.

Os voy a revelar un secreto a voces: conseguirlo no es nada fácil. No sabéis lo estresante que es que seis grupos de personas te digan de quedar el mismo fin de semana, no quiero dejar de verles, no quiero decepcionarles, quiero agradecerles lo que son para mi, y mi cabeza se pone a hacer encajes de bolillos para poder quedar con todos ellos, ir al partido de turno y sacar un hueco para poder terminar de escribir lo poco que tengo que escribir para la web. Y os digo, es agotador. Es agotador tener abiertas diez conversaciones por teléfono preguntando cuando pueden unos, cuando pueden otros, diciendo que no (cosa que de verdad odio decir y en el fondo ese es mi problema). Es agotador escuchar una y otra vez "para variar Richi ya tiene planes", "ya estamos con la agenda de ministro", "hay que pedir cita con medio año de antelación para quedar contigo", oírlo me duele, pero no puedo decir nada al respecto porque tenéis razón.

¿Qué hago? Ojalá pudiera multiplicarme e ir a todas partes y eventos (ya van varias veces que me digo que si sin pensar y me coinciden los planes, y la lío MUY parda), ojalá pudiera invitar a todo el mundo a barbacoa y piscina en casa, y además de todo eso tener tiempo para leer, jugar, para escribir o poder simplemente estar en mi casa tocándome la barriga. Desde hace dos años casi no tengo tiempo para dedicarme a mi mismo, y todo ello es porque odio oír eso de "otro finde que no viene", que sé que se dice de broma pero no por ello duele menos. Sé que estoy dejando de lado a gente que ha hecho mucho por mi, e intento que no suceda, pero de verdad: no me da la vida para más.

He intentado explicar muchas veces mi situación y lo máximo que he conseguido es un "vaya, que difícil es ser Richi". Pues no sé si será difícil o es que no soy capaz de organizarme en condiciones, pero no sé como lidiar con ello; no sé como tener contento a todo el mundo, como tener tiempo para todos ellos y para mi. Sé que tengo que empezar a decir que no a la gente, pero no puedo. Me revienta el quedar mal con ellos. ¿Tengo por ello una personalidad de mierda? Pues igual sí, yo que sé.

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