Contra todo pronóstico, hoy (sin querer por supuesto) me he levantado "temprano" en este nublado día del agosto inglés. Y es que debe de ser que los pensamientos no me dejaban dormir porque hoy es un día triste. Si la semana pasada estaba un poco triste porque una rusa se fue, hoy se van casi todos los españoles (quedamos 3) y las italianas, lo que reduce el grupo bastante y nos deja unas futuras cenas algo solitarias pero espero que eso no haga decaer la experiencia.
En comparación con la semana pasada que me pareció que duró 15 días, esta me ha durado 3, ha pasado increíblemente rápida y eso que ha sido mucho más tranquila: paseos por el centro, pintas después de las clases, botellón el miércoles y cerrar la discoteca más grande de la ciudad (que no tiene mucho mérito porque cierra a las 3:30, pero al día siguiente había que despertarse a las 8:30)
El otro evento importante de esta semana ha sido la cena cultural que hemos organizado, cada uno preparaba algo típico de su país así que nosotros nos estrenamos con una (bastante decente para ser nuestra primera) tortilla de patatas y unas fajitas (lo sé, no son españolas pero ya las teníamos compradas antes de organizar la cena y había que comerlas). Por su parte las de Taiwan prepararon arroz, pollo una sopa con mogollón de ingredientes, y de postre una especie de sopa de guisantes con azúcar... inquietante ¿verdad? pero el caso es que no estaba mala. Y por último los japoneses nos prepararon la mayor cantidad de tallarines que he visto en mi vida, y una especie de tortilla de patatas pero con verduras y salsa de soja y mayonesa por encima, y creedme cuando os digo que estaba buenísima.
La visita de esta semana ha sido a York, que es una ciudad mucho más pequeña y turística que Liverpool, con calles estrechas y peatonales, mogollón de tiendas de souvenirs, muchas iglesias y muchas, muchas chuches (guiño a la gente de Leeds). También añadir que por fin probé las tradicionales fish and chips inglesas, aunque con cierto escepticismo ya que a mi el pescado, cuanto más lejos mejor. Sin embargo, yo no se si fue el hambre o el rebozado que me gustó bastante, además las patatas fritas eran bastante grandes, cosa que siempre agradezco.
Y bueno, esta tarde espero poder ir ver la ceremonia de clausura de los juegos, que me he sido imposible seguir por la tele, pero por Twitter me iba enterando de algo. Así que me buscaré alguna banderita de España para animar a nuestros chicos, y sobre todo chicas, que tan bien lo han hecho allí.
Así termino esta gastronómica entrega de mi vida en Leeds. El domingo que viene toca mi partida hacia tierras españolas así que no se si tendré tiempo de escribir mucho, pero si no lo hago el domingo, prometo hacerlo lo antes posible.
¡ Hasta la siguiente entrega bucaneros !
P.D: también he probado el bocadillo de albóndigas que tantas ganas tenía de comer desde que vi a Joey comerse unos cuantos en Friends. Y estaba buenísimo por supuesto.
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