Bueno, pues ya hemos vuelto del campamento y que decir, como todos los años... ¡¡¡ HA SIDO LA LECHE !!!
Aunque como a todo se le pueden poner pero, así que empezaré por las cosas malas y dejaré las buenas para al final quedarse con buen sabor de boca.
La verdad es que el campa no empezó muy bien ya que los primeros turnos que son los mas cortos suelen venir chicos nuevos y no saben muy bien de que va el rollo y son bastante más reacios a las bromas y los juegos, hasta el punto de no querer hacerlos o saltarse las normas, como en un juego donde tienen que buscar a los monitores escondidos y chivarselo los unos a los otros, perdiendo totalmente la gracia del juego y reventádonos la velada con el esfuerzo que ha supuesto organizarla o como en ocasiones que finjen enfermedades y lesiones para librarse de las actividades ¿si no las quieren hacer, para qué se apuntan? con cosas así sol consiguen que haya mal rollo entre los demás acampados. Además la forma de pensar de padres y niños ha cambiado totalmente de cuando yo iba de campamento, ahora los que dominan a los padres son los niños y hay que andarse con ojo de que bromas se pueden hacer a los niños y eso me da mucha pena porque si entendieran las bromas, participasen de ellas, jugasen con las reglas... se lo pasarían mucho mejor, porque para eso estamos lo monitores, para que los chicos se lo pasen genial.
Y después de este análisis rápido de la sociedad... empezamos con las tonterías
Siempre me encanta volver un año más al campamento, olvidarte de la universidad, de los malos rollos, dejar todo atrás... es como una realidad paralela de buen rollito, además que la compañía siempre es la mejor y aunque surjan rencillas inevitables en una convivencia de un mes se solucionan rápidamente porque son gente super maja dispuesta a hablar lo que sea, así si que da gusto trabajar. Que por otra parte he de decir que es un trabajo de lo más duro a pesar de lo bien que te lo pasas: levantarse todos los días a las 8:30, poner el desayuno, fregarlo, limpiar todo el campamento (si amigos, baños con truños de tamaños y formas increíbles también) actividad, poner la comida, fregar todas las bandejas, después se supone que hay un rato libre pero siempre lo aprovechamos para organizar las veladas, la actividad de la tarde, las duchas de los chavales, poner la cena y fregar las bandejas de la cena, preparar las cosas de la velada y velada y por ultimo, acostar a los chavales, lo que nos da que hasta las 12 de la noche no hemos parado ni un minuto de hacer actividad física (y mental, que aguantar a algunos chavales, cansa y mucho) y el tiempo que tienes para ducharte y relajar un poco la mente, es tiempo de sueño que te quitas y así un mes entero, sin un día de descanso.
Y luego están los niños
A pesar de la foto (y es que como niños que son, a algunos les cuesta comerse las verduras) he de admitir que son lo mejor del campamento y creo que hablo por todos los monitores cuando digo que volvemos año tras año para verlos de nuevo y es que dejando de lado lo que he escrito antes, cuando te toca un grupo de chavales que hace todas las actividades, se porta bien (no hay que olvidar que son niños y trastadas las hemos hecho todos), colabora con los monitores (sobre todo los mayores cuidando a los peques) y cosas así, es un verdadero gustazo organizar juegos y actividades para que se lo pasen genial y es que cuando un chaval se ríe de alguna tontería que has hecho, te da las gracias por tal juego o simplemente te da un abrazo... por mi parte merece la pena todo el cansancio y los malos rollos.
Conclusión: otro año genial lleno de bromas entre monitores (mieeeeeeeerda, ofrendaaaaaa), agua oxigenada y betadine, truños, pelota vasca y su cantera, canciones de melocos, estropajos en las duchas, escobillas del vater, la bici VS la cuesta de Pinos Reales, el buzón y los XD, el sueño de la creación de un posible "acampado definitivo", rodajas de tomate, morcilla y chorizo, el cangrejo, las piletas VS la paella, el ¿por qué?, la noche en la isla en la que casi se acaba el mundo, los punios y los conios, los abrazos a los árboles, las sillas invisibles, la liga del truño y piedras, muchas piedras voladoras.
Así que recordad, si alguna vez tenéis hijos no les privéis de al menos un verano en un campamento, porque si se parece un mínimo al que voy yo, os aseguro que se lo van a pasar genial.
P.D: os dejo con el vídeo recopilatorio que he hecho con las fotos del campa, espero que os guste.
pongo el enlace, que no me deja insertarlo Las Tórtolas 2011
pongo el enlace, que no me deja insertarlo Las Tórtolas 2011
Que razon tienes en lo que has dicho. Todos los chavales deberían ir a un campamento, del estilo del nuestro.
ResponderEliminarYo llevo toda la vida yendo de campamento acompañando a mis padres y es increible como disfrutan los chavales.
Ahora me dan la opcion de ir a otros con mejores condiciones, dias libres, fines de semana libres, terminas a las 3 y solo son comidas..., pero yo prefiero venir a este, que aunque no tengo esas ventajas, veo como disfrutan los chavales, y otras cosas que me recompensan como el buen rollo con los monis o las charlas nocturnas en los bancos...Despues de 23 años viniendo a este campa cada año me quedo con ganas de mas, con pena de que se acabe y esperando que llegue el año siguiente.