sábado, 2 de mayo de 2020

Solamente solo

Día cuarentaynosecuantos de aislamiento. El 2020 ha llegado a tope con pandemia mundial incluída. ¿Resultado? Dos meses encerrados en casa, el sueño del Richi que en agosto se quejaba de que tenía la agenda de un ministro. Por fin algo de tiempo para uno mismo, para poder hacer todas esas cosas pendientes, para ir tachando cosas de la lista de videojuegos, libros, series y pelis... Pues no.

Mi excesiva sociabilidad, sumado a que como hay aislamiento todo el mundo quiere hacer videollamadas y actividades online porque es más fácil y como no hay otra cosa que hacer,  y como guinda mi imposibilidad de decir que no a nada. Pues llega el fin de semana y todas las tardes llenas de videollamadas, salas de escape, partidas de rol, jugar al trivial y demás actividades. Yo entiendo que cuando no trabajas y tienes solo un grupo de amigos pues tengas ganas de la hora semanal de trivial, pero cuando llega mi finde vuelvo a tener que hacer encaje de bolillo para poder cuadrar todas las llamadas y todas las cosas que me proponen hacer, porque como soy incapaz de decir que no pues nada, Richi liado de 16 a 00 viernes, sábado y domingo.

Y lo que siempre digo, sé que me quejo de vicio. sé que tengo suerte de tener tantos amigos, pero no me da la vida para mantenerlos a todos contentos, y además tengo la sensación de que mi vida la manejan otros porque como no sé decir que no, siempre termino haciendo lo que quieren los demás. 

Y me reitero, cuanto más viejo más pellejo y más asocial. Cuanto más tiempo paso fuera de casa, o en este caso de llamada en llamada, más quiero apagar el ordenador y teléfono y volverme autista, y joder, eso es horrible, pero estoy totalmente sobrepasado y no puedo hacer lo que yo quiero con lo que todo se acrecenta aún más y estoy perdiendo la narrativa de este texto por la rabia. ¿Es normal esto?, ¿es normal querer estar encerrado en casa todo el día?. Empieza el periodo en el que se puede salir a la calle, y la verdad es que tengo muy pocas ganas de hacerlo. No echo casi nada de menos de mi vida antes de la cuarentena, y estoy realmente preocupado por ello.

P.D: La canción... es que se me ha incrustado en la cabeza y no me la puedo sacar.